8# Sumatra : futvoley a muerte en Sumatra

Bukit Lawang , Domingo 5 de Septiembre de 2017
Nos duchamos con ganas en nuestros nuevos aposentos. Mucho barro había que quitar. Nos conectamos con el mundo de nuevo y además de los chorrocientos WhatsApp me entero de la contundente victoria del Sporting en Tarragona por 0-4.
Esos momentos en los que los 3 sólo tenemos ojos y oídos para el dichoso móvil, ávidos de actualidad, aunque en esta parte del mundo , casi en las antípodas no nos
altere el rumbo en nada. Pero es algo de tele-calor familiar.

En el bar , volvemos a las Bintang frías, donde Vishnu se desahoga con nosotros y cuenta los cotilleos .Él quería ir en nuestro grupo, pero le encargaron a Bernardo. Cuenta que intentó llevarlo por la parte más fácil y las peripecias que tuvo que hacer para cumplir con el objetivo de la empresa : llevar al cliente al corazón de la jungla a toda costa.

Jugamos por fin el que podría considerarse el primer partido oficial Indonesia -España del futvoley.

Pensamos que a 21 tantos podremos obtener un honorable 21-10 o algo parecido. No contamos con que hay que ganar el saque y luego sumar  tanto. La humillación 21-0 me encanta porque significa que no se dejan y hacen la gracia con los turistas españoles. Juegan a medio gas y les sobra.

Entre risas , aceptan luego un partido mixto. Mis 2 fichajes hacen muchas chilenas a la altura de la red, sí , muy espectacular. Pero Yose y Andrés se agigantan con su nuevo compañero tan efectivo y nos tumban por un 21-13. La crónica de ese partido dirá que soy yo el mal del equipo. Solo sé darle bien de cabeza, porque lo de la patada alta hay que ensayarlo.  Eso sí , tras el partido se aprecian las consecuencias de cabecear algo duro, tal que mi calva parece la cara oculta de la Luna, plagada de cráteres. Apuesto por ello como deporte olímpico en Tokyo ´2020 .

Dejo a Yose y a Andrés en el bar y cruzo el puente antes de que a las 18 :00 se haga de noche.

La otra ribera alberga solo a locales y tiendas (pocas) de venta de souvenirs.

Vuelvo a la mesa y allí sigue Vishnu con estos 2, Bintang en mano, explayándose cada vez más en territorio personal. Contando que a los 10 años tuvo que ponerse a trabajar .Y que al puto colombiano no lo veía para nada hacer ni acabar la ruta. Le invitamos a más birrotes para que se suelte la lengua.

Tromba de agua, y, tras despedirnos, vamos al catre. Dodi reconoce que las 10 de la mañana es una hora demasiado temprana como para que nos volvamos a ver. Él se quedará con los de la guitarra y resto de perroflautas de la selva. A la ida, casi a oscuras exepto por los frontales de Decathlon nos gruñe y persigue. Pero no soltamos ni por asomo lo que llevamos